Descripción
Rosentreter, Jeannette Ediciones Universitarias de Valparaíso 2022 9789561710030
La tortura es uno de los crímenes que más significativamente lesiona a la comunidad internacional por los alcances de sus efectos y atentar no solamente contra el bienestar físico y emocional de la persona que la sufre sino además, por ser capaz de lesionar tanto la dignidad como la voluntad de grupos de especial protección.
Es necesario enfatizar que quienes padecen este delito por lo general pertenecen a grupos, o minorías que sufren grave discriminación, como son las personas privadas de libertad, personas en situación de discapacidad, personas pobres, personas de la comunidad LGTBI, mujeres, personas de pueblos indígenas, adultos mayores, niños, niñas y adolescentes, etc. y por lo mismo resulta urgente visibilizar su práctica y la naturalización de la violencia en nuestra cultura, ya que avanzar en la prevención impactará directamente no sólo en estos grupos sino en la sociedad completa, en el reconocimiento y el respeto a la dignidad de las personas.
El Manual, para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes conocido como Protocolo de Estambul de la Organización de Naciones Unidas fue adoptado en el año 2000 y es una guía que contiene las líneas básicas con estándares internacionales en derechos humanos para la valoración; médica y psicológica de una persona que haya sido víctima de tortura o algún mal trato y es una herramienta forense de evaluación de la tortura.
Este libro aporta a la investigación académica en derechos humanos de modo no solo teórico sino fundamentalmente práctico con el fin de trabajar en la prevención de la tortura y en los procesos de reparación a las víctimas sobrevivientes.
La sensibilización y educación de la ciudadanía respecto de la experiencia de la tortura y otros tratos crueles es fundamental para la profundización de la democracia.
Este texto da a conocer la actual situación de la investigación de la tortura en Chile, teniendo en cuenta los estándares comprometidos con el sistema de Naciones Unidades y el Comité contra la Tortura por parte del Estado de Chile, buscando contribuir a la construcción de una cultura de respeto a los derechos humanos.